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viernes, 13 de abril de 2007

Capítulo 1-3: Confesión

Ambos edificios habían sido construidos como parte del proyecto de Más Vida, que pretendía renovar la ciudad en miras al nuevo siglo que se avecinaba. Su idea, junto con la construcción del parque, era convertir la ciudad en una verdadera metrópolis. Las fachadas de “los gemelos” eran bastante sencillas, pero a la vez con rasgos modernos. Tenían una pared de vidrio donde estaba la amplia entrada, que prácticamente se extendía desde un lado del edificio al otro, por lo que estando afuera se podía apreciar gran parte del interior. Arriba de ésta había un gran ventanal que se elevaba muy alto y que sólo era interrumpido por el cartel que individualizaba a cada una de las construcciones. En el piso octavo se encontraba un puente que los unía, por lo que se podía circular por ambos escenarios sin tener que salir de ellos. El detalle que los hacía distintos era que el Museo Nacional de Historia contaba con un helipuerto en el techo.

No demoraron mucho en llegar hasta “los gemelos”. La conversación sobre lo que ocurriría ese día los había distraído tanto que no habían percibido el paso de los 20 minutos que toma llegar caminando desde la entrada sureste del parque hasta donde estaban.

-Me encantan estos edificios. Son tan sencillos y a su vez tan modernos –dijo María Jesús, sin quitarle los ojos de encima a los gemelos.
-Yo no les encuentro nada.
-Entonces está claro que no sabes nada a la hora de apreciar obras arquitectónicas –manifestó frunciendo un poco el ceño.
-Puede ser eso. La verdad prefiero lo que hay adentro. Todo el material disponible para la gente es lo que me sorprende.
-Eso también es cierto.

Cambiando el ceño fruncido por una sonrisa, María Jesús no dudó al preguntarle a Isvan si le gustaría visitar ambos edificios el domingo entrante –día libre de ambos-, a lo cual él respondió que le encantaría. Habiendo concertado lo que para algunos podría considerarse una cita, ambos retomaron el camino hacia el trabajo mientras conversaban, esta vez, de cosas más triviales, como las últimas noticias que habían podido leer, por lo que el resto del camino se hizo muy rápido.

Faltando cinco minutos para las 8:30 AM llegaron a Más Vida. Era un conjunto de edificaciones, todas conectadas entre si. El edificio principal, que estaba al frente del lado norte del parque, tenía veinte pisos de altura y en su mayoría eran oficinas. Al lado derecho de éste se encontraba el Departamento de Comunicaciones de la empresa. Contaba con diez pisos, en los cuales operaba tanto el estudio de televisión, la emisora de radio y prensa. Aquí era donde había estado trabajando Isvan el último tiempo. En el sector izquierdo del complejo, se podía apreciar el Departamento de Investigación de Tecnología, el cual contaba con seis pisos, y donde se había estado desarrollando el proyecto que sería revelado hoy. Por último, atrás se encontraba el Laboratorio de Pruebas, que a simple vista parecía inferior al resto por solo tener 3 pisos, pero lo que la mayoría no sabía, incluso la mayoría de la gente que trabajaba ahi, era que contaba con varios bajo tierra.

Tanto Isvan como María Jesús, a las puertas del edificio, se miraron fijamente. Ambos sabían que una vez que entraran al edificio no se volverían a ver hasta el domingo próximo como habían acordado. El tiempo pareció detenerse mientras ambos estaban quietos sin decirse nada, hasta que fue ella quien rompió el silencio.

-Fue un bonito paseo. Deberíamos hacerlo todos los días –sonreía tímidamente.
-Estoy de acuerdo, ya que así puedo disfrutar más de tu compañía.
-Yo también disfruto mucho de la tuya –ambos se ruborizaron.
-Es muy tarde, me deben estar esperando para ajustar los últimos detalles para el lanzamiento.
-Sí. Deberías apurarte –dijo Isvan un poco nervioso.
-A ti también te deben estar esperando.
-No soy tan importante. Además quiero fumar otro cigarrillo.
-Está bien, pero no te demores mucho, ya que hoy habrá mucha gente nerviosa.
-Lo sé.

Mientras Isvan sacaba un cigarrillo, María Jesús se le acercó rápidamente y sin que él lo viese venir, le dio un cálido beso en los labios, luego se apresuró a subir las escaleras y desapareció en el interior del edificio. Él sin dejar de mirar hacia el interior prendió su cigarro. Lo fumó rápidamente y entró a Más Vida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Jose
a la primera lectura me doy cuenta
que escribes bien, muy bien
creo que tienes dotes para escribir y si quieres
convertirte en escritor lo puedes hacer sin mayor problema
te recomiendo entrar a un taller literario
los de jaime collyer o gonzalo contreras son muy buenos
pero lo que yo siento al leer el texto es cierta frialdad en el relato
hay mucha técnica
En otras palabras, creo que el tema del relato no te toca realmente.
Le hace falta "phatos", como le dicen algunos
es decir, dejar en el papel no una historia ajena u objetiva sino una que tenga que ver con
tus dolores, emociones, tu moral o experiencia de vida subjetiva.
Ojo no se trata de ser melodramático!!! no es eso
es como si la historia te la dictara un voz interna pero no el cerebro
ojo la literatura no tiene nada de cerebral o racional
ahora encontrar ese "phatos" como le dijo yo no es fácil
algunos escritores lo han logrado a los 40 o 50 años
primera recomendación: entra a un taller literario. Al toparte con iguales te daras cuenta de los relatos que tienen o no ese phatos que te digo

saludos
Rodrigo